| Aguas cristalinas, visten mi curtida piel
|
| Por mis ocho hijas, reinaré…
|
| Viento de levante, ¿quieres ser tú mi corcel?
|
| Te prometo el mundo, por ti lo conquistaré…
|
| Lluvia envejecida, bruma iluminada
|
| Trepo a los peldaños, para encumbrarlos
|
| Madre es la montaña, surca las colinas
|
| Muero marinero, en el destierro
|
| Salve Reina, no me abandones, eres mi estrella
|
| Galante caballero, guarda de los prados
|
| Mi sangre abastece, a los poblados
|
| Recurso omnipresente, amante ignorado
|
| Gente que me hiere, contaminando…
|
| Antes, Señor de los valles…
|
| Ahora, ¿le importo a alguién…
|
| Salve Reina, no me abandones, eres mi estrella
|
| Soy el manantial que da la vida a este lugar…
|
| ¿Quién recuerda ya a un Rey sin corona?
|
| La historia da igual…
|
| Lloro por los hombres, lloro mi reinado
|
| Mi hueste descansa, en el pasado
|
| Hoy tiendo mi mano, nadie a un viejo quiere…
|
| Pero jamás olvides, a quién debes quien eres
|
| Salve Reina, no me abandones, eres mi estrella
|
| Soy el manantial que da la vida a este lugar…
|
| ¿Quién recuerda ya a un Rey sin corona?
|
| La historia da igual… |