| Su mala puntería con las llaves
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| Anuncia un mal nacido tras la puerta
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| Con piel de lobo y corazón cobarde
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| Con más de mil motivos para odiarle
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| Por el pasillo cruje una madera
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| Igual que suena el alma de esa madre
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| Porque él no pega con la mano abierta, no
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| Es algo que aprendió bien de su padre
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| Ella coge un cuchillo y no sabe que hacer
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| Si cortarse la vena o clavárselo a él
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| Se apoya en la nevera, se deja caer y llorando
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| Le ruega que no le de siempre al mismo lao'
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| Marido y mujer
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| Hasta que la muerte los separe
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| Y ella espera llegue de su mano
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| Porque solo así podrá devolverle parte del daño
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| Porque fue a la ley
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| Y la ley le dio del otro lao'
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| No son suficientes los morao’s
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| Y segar al cero su amor sincero pa' condenarle
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| Él sólamente se siente seguro
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| Cosiéndole el corazón a su puño
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| Un hombre que se cela hasta del viento
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| Pues sabe que él sólo es mierda por dentro
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| Pero la vida le devolvió la hostia
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| Grabando aquel momento en su memoria
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| Momento en que no controló sus manos
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| Ahogando lo que hace ya tiempo había matado
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| Ella coge un cuchillo y no sabe que hacer
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| Si cortarse la vena o clavárselo a él
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| Se apoya en la nevera, se deja caer y llorando
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| Le ruega que no le de siempre al mismo lao'
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| Marido y mujer
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| Hasta que la muerte los separe
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| Y ella espera llegue de su mano
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| Porque solo así podrá devolverle parte del daño
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| Porque fue a la ley
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| Y la ley le dio del otro lao'
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| No son suficientes los morao’s
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| Y segar al cero su amor sincero pa' condenarle
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| Y no le dió miedo la muerte
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| Y se marchó tan sonriente
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| Fue la ultima vez que lloró
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| Y no le dió miedo la muerte
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| Y se marchó tan sonriente
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| Fue la ultima vez que lloró |