| Hijos de su chilpazuchil, ábranla que lleva lumbre
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| No se atraviesen culebras, no vaya a ser que los tumbe
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| El que me estorba lo quito, ya se me ha vuelto costumbre
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| Yo soy puro cachanilla, nacido y criado en Tijuana
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| No soy borrego señores, y cargo kilos de lana
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| Por eso me ven gastando, puros cueritos de rana
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| Yo fui taquero en Tijuana, no me avergüenzo señores
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| Ahora yo soy negociante, no digo de los mejores
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| Pero algunos allá arriba, me deben muchos favores
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| El que coopera conmigo, yo siempre, lo he alivianado
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| Yo soy muy agradecido, pero también soy pesado
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| El que no aguanta la vara, yo siempre lo he castigado
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| Yo marco mi territorio, para que nadie se meta
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| Y el que se meta lo saco, a punta de metralleta
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| Para que aprenda que nadie, pedalea mi bicicleta
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| Yo soy hombre de palabra, y no abro la boca en vano
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| Si digo «la burra es prieta», los pelos traigo en la mano
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| El que hace tratos conmigo, nunca le fallo paisano
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| Yo tengo pocos amigos, solo gente que me ayuda
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| De esos que matan y entierran, y no les quepa la duda
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| Cuando hago algún movimiento, la cosa se pone dura
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| Tijuana no te imaginas, lo mucho que yo te quiero
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| Yo no pienso abandonarte, en tu suelo yo me muero
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| Como no voy a quererte, si aquí se gana dinero |