| Milagro, taura del tiempo que no te aplicó sentencia |
| Sos inventor de la ciencia de mantenerse primero |
| Por tu don arrabalero de jugar sin pelota |
| Sos trompa de una patota que le afanó el alma al barrio |
| Estás en el calendario y en cada vuelta de copas |
| Goleador de los descuentos, lágrimas de las pesadas |
| Silbido por la bajada que un curda regala al viento |
| Yo te he dado el manyamiento cuando al cielo relojeo |
| Viviendo en un bulín reo con el chaperío de aire |
| Sito allá por Buenos Aires esquina Montevideo |
| Don Carlos y niente piú, qué zorzal ni qué ocho cuartos |
| Ligador en el reparto de la eterna juventud |
| Como el flaco allá en la cruz perdonaste a la gilada |
| Con tu sonrisa pintada en un bondi trasnochado |
| Si hasta te baten el mago por tu gola engalerada |
| Troesma de los botijas que junan cómo es la historia |
| Tu mirada es divisoria entre trucho y postalina |
| Sos la cara pensativa de una nami sin un viaje |
| El símbolo de coraje de una pechera a lo macho |
| Sos el ala de ese gacho que nunca se tomó el raje |
| Qué más te voy a batir que no hayas escuchado |
| Si viene mal barajado este fato de vivir |
| Paciencia y hacerse hervir, habrá que curtirla fiero |
| Este oriental milonguero se lo repite a quien quiera |
| Siempre queda gente afuera cuando canta mi jilguero |
| Don Carlos les dio mancada, manga de giles de goma |
| Que la papa se la coman y que aguante la tacada |
| De Pompeya a La Blanqueada sigue copando tu amor |
| A los ratis del dolor empaquetaste debute |
| Don Carlos Gardel salute, por invicto y por mejor |